Una historia de amor y donación

Una historia de amor y donación

Kelly Ann Drayton
Trinidad y Tobago

Entrevista a Anton y Gillian, nacidos en Trinidad y Tobago y padres de Kelly Ann (5 años). Vinieron a Argentina hace 4 años para hacer un trasplante de hígado a Kelly Ann y volvieron este año para un control médico.

Luego de un exitoso procedimiento y buenos resultados, aquí su testimonio.

¿Cuál fue el diagnóstico de Ann Kelly?

Todo comenzó cuando Kelly Ann nació. Fue aproximadamente a sus 2 meses de edad que desarrolló un color amarillo en los ojos y decidimos ir a un pediatra en Trinidad para averiguar el por qué. Él decidió que debíamos hacer un análisis y el resultado mostró que tenía Atresia Biliar, lo que significaba que teníamos que hacerle un procedimiento médico. El problema era que a la edad que ella tenía en ese momento, esto no habría sido suficiente para solucionar la situación sino que estábamos en condiciones de hacerle un trasplante de hígado. En Trinidad intentamos sin éxito obtener más información sobre lo que era un trasplante y dónde hacerlo. Fuimos a ver a médicos y no estábamos seguros de cuál era la dirección que debíamos tomar.

Luego, nos fuimos a un médico específico quien nos mencionó a la doctora Bartholomew. Desde allí ella se hizo cargo del caso: nos explicó lo que teníamos que hacer, cuáles eran las opciones que había y ella también nos refirió al Doctor Luque. Empezamos a tener conversaciones con él a través de ella y nos explicó el procedimiento que había que hacer, dónde teníamos que obtener la información para tener una idea general de la situación en la que estábamos.

Y después de eso, después de hacer todas las pruebas que el Doctor Luque nos solicitó, tuvimos un Skype donde nos explicó el procedimiento que había que hacerle a Kelly. Me explicó que me veía como un buen candidato para ser donante y que le gustaría que pensáramos sobre ello antes de llegar a una respuesta.

Con esto llegamos a casa, conversamos sobre esto y decidimos hacerlo. No fue una discusión muy difícil porque nuestro primer hijo lo perdimos y con Kelly Ann teníamos la oportunidad de tener otra experiencia. Yo como padre, siempre he dicho que lo haría todo por mis hijos y decidí que no iba a permitir que Kelly Ann desapareciera de mí. Por eso decidimos investigar sobre el trasplante de hígado primero y tener una conversación con el doctor Luque después. Él nos explicó todo muy bien, nunca me hizo dudar de que algo pudiera salir mal. Y cuando llegamos a Argentina debo decir… que yo nunca he experimentado una situación como esta antes y Dios mío!… ¡fue la mejor!. Ese tiempo en el hospital, en especial, me gustaría poder vivir esa experiencia cada día.

¿Cómo fue su experiencia como donante?

Para mí fue algo que elegí como padre porque tenía muchas ganas de dedicar mi vida a mi hija. Creo que donar es algo que todo el mundo debería tener en cuenta y creo que si tomas esa decisión, la mitad de lo que ocurre en tu vida que pueda ser malo se convierte en algo realmente positivo. Porque, ya sabes, mirar todos los días a esa persona a la que estás dando una segunda oportunidad en la vida es realmente una cosa muy linda. Es verdaderamente una cosa muy agradable.

¿Qué le dirías a otra familia que está pasando por una situación similar?

Le diría que no hay otra opción que venir a la Argentina. Argentina para mí se ha convertido en mi segundo hogar. Desde la última vez que estuvimos aquí nos quedamos totalmente encantados en volver. Bueno, sólo que queríamos volver por vacaciones y no para un procedimiento médico, pero cada vez que nos vamos, en el aeropuerto, decimos que nos gustaría volver a la Argentina sólo para darle las gracias a todos los médicos y enfermeras que jugaron un papel importante en poner a Kelly Ann en la situación en la que está.
Tengo que decir, que yo nunca he encontrado una situación donde los médicos y los pacientes tengan una relación en la que se puedan llamar en cualquier momento. Es muy bonito. En Trinidad no tenemos ese lujo que se pueda llamar a un médico a las diez de la noche, las once de la noche. Siempre te van a indicar hacia dónde debes ir a esas horas, con quién hablar, pero esto te hace sentir muy incómodo. El Doctor Luque, en cambio, es un médico con una particularidad: él es el mejor porque no hay nada que puedas hacer que te hará sentir incómodo. Siempre te dice los hechos concretos y todo lo que necesitan saber sobre el procedimiento. Además, los resultados después de la intervención siempre están bien. Debo decir que es una persona que admiro como médico y como padre. No hay otra persona con la que me sentiría más cómodo. Y debo decir, que una vez que él está involucrado en el procedimiento que se tiene que hacer y él acabó de hablar conmigo, ya no tengo ningún problema. Ya me siento bien.

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